jueves, 12 de diciembre de 2019

VALENCIA: ANTIGUO MERCADO DE ABASTOS



El antiguo Mercado de Abastos de Valencia, fue proyectado por Javier Goerlich en estilo racionalista o funcionalista en 1936, si bien no comenzó su construcción hasta 1942, inaugurándose ésta en 1948. Ocupa una manzana completa de casi 24.000 metros cuadrados en el ensanche de la Gran Vía de Fernando el Católico, entre las calles Alberique y Buen Orden. Para su definición se propuso dotarlo de una gran cantidad de servicios, contando además de los puestos de venta con dependencias administrativas, peso público, oficina de especies gravadas, servicio de inspección veterinaria, estanco, cafetería, etc. Por entonces se consideró uno de los mejores mercados de Europa. El proyecto establece un edificio simétrico de traza sencilla que combina su adscripción racionalista, con una decoración historicista local. El edificio se forma con un núcleo central, en sentido perpendicular a la parcela, al que se adhieren, a norte y a sur, dos naves laterales que contendrán el mercado propiamente dicho. Toda la construcción se resuelve con estructura de hormigón armado y cerramientos, donde los hay, combinando enfoscado y piedra caliza en determinados lugares. Donde se hace más patente la interpretación localista de la ornamentación es en el cuerpo central y los diferentes materiales que lo integran, recurriendo a elementos de la cultura decorativa barroca, utilizando tejas vidriadas en verde oscuro para las cubiertas de los cuerpos centrales. Remarca las esquinas de los torreones con el dentado de la piedra caliza, las cornisas, así como los pórticos principales de acceso, que cuentan con un gran cerco de piedra con clave gigante y un dintel generoso. Todo el edificio posee un zócalo también de la misma piedra, incluso los soportes que quedan exentos, así como las pilastras de la gran verja exterior. Todo ello confiere una gran unidad al conjunto. Una reciente restauración del edificio ha puesto en valor el juego de volúmenes de las fachadas y los materiales que en ellas intervienen, tras la degradación que supuso su abandono en los años ochenta. Es en esos años cuando se decide trasladar el abastecimiento de mercancías a unas nuevas instalaciones junto al nuevo cauce del Turia, dada la creciente afluencia del transporte pesado que se daban cita en la zona. De esta forma se libera a los ciudadanos del movimiento de mercancías y los atascos que se producían, a la vez de recuperar para la ciudad un importante edificio con posibilidades dotacionales. Una vez abandonado, en el edificio se ubica la sede de una de las juntas municipales en que se dividiría el nuevo poder local, quedando en su mayor parte vacío, destinado a albergar acontecimientos eventuales. A finales de los ochenta se decide su utilización para equipamiento públicos del barrio. Se opta así, dada la geometría del edificio, por una rehabilitación que albergue en su ala norte dotaciones de enseñanza y en su ala sur equipamientos deportivos. Con esos criterios, se rehabilita a principios de los 90 el ala norte albergando dos institutos, el estudio que redactó el proyecto de rehabilitación de este complejo fue VTIM Arquitectes, siendo Tito Llopis uno de sus arquitectos. Por su parte, el ala sur, se ha destinado a polideportivo municipal, contando con piscinas públicas y otras modernas instalaciones deportivas, corriendo la dirección de obra de este ala a cargo del arquitecto Carlos Bento.






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