Berlanga, el austrohúngaro
En las películas del genial director valenciano siempre aparecía una
referencia a «el imperio austrohúngaro». El autor explica el origen de la misma
Coincidiendo 2021 con el centenario del nacimiento de Luís García Berlanga,
las autoridades culturales han acordado declararlo 'Año Berlanga'.
Berlanga utilizaba de algún modo la palabra austrohúngaro en todas sus
películas, pero ¿cuál era el motivo para emplear este original recurso en su
extensa filmografía?
Creo poder dar aquí mi particular versión: un lejano 27 de junio de 2003
fui invitado en mi condición de Cónsul Honorario de Hungría para asistir a la
entrega de Premios del Calzado Femenino en el Museo del Calzado de Elda. Mi
cometido era entregar el premio a la diseñadora húngara Zita Attalai, que fue
galardonada con el premio al mejor diseño. El jurado de aquel año contaba entre
otros con Carmen Cervera -Baronesa Thyssen-Bornemisza (dignidad nobiliaria
austrohúngara)-, Luis Alberto de Cuenca y el mismísimo Luis García Berlanga.
Después de concluido el evento, galardonados y jurado acudimos a cenar al
contiguo municipio de Petrer y una vez en el restaurante Berlanga pidió
expresamente sentarse con el «Cónsul del Imperio Austrohúngaro», suponiendo
esto enorme sorpresa para mí. A lo largo de la cena, Luis estuvo recordando
hechos y también historia de los Berlanga: me habló de la Posada de San José en
Cuenca, de la Venta de Contreras (todavía regentada por su sobrino Fidel) y del
Hotel Londres en Valencia, también de la vecindad de los Berlanga con los Lledó
en los montes de Contreras y parajes de la Fuencaliente, lugares atravesados
por la Nacional III, que juntan o separan, según se mire, la Castilla de los
Berlanga y los Lledó con la Valencia de los Martí y los Goerlich. Me habló de
su abuelo Martí y de su madre, Desamparados, propietarios del establecimiento
Postre Martí / Horno de San Francisco, inicialmente en la Bajada de San
Francisco y tras la reforma de 1928-30, reemplazado al cinco de la Plaza, en
local decorado por Javier Goerlich (curiosamente con la misma tipografía del
antiguo cine Metropol), los Berlanga-Martí también encargaron a Goerlich en
aquel tiempo, los edificios racionalistas del Hotel Londres y el 'Martí-Alegre'
en el encuentro de Cánovas con Grabador Esteve y Serrano Morales.
En aquellos años, la relación del arquitecto con los García Berlanga /
Martí Alegre era muy intensa (proyectos, elección de materiales, presupuestos,
selección de contratistas, visitas de obra, etc). El joven Luis que contaba en
aquel tiempo con 10 años de edad, un día preguntó en casa el porqué de tan
extraño apellido del arquitecto, contestándole sus progenitores que lo era por
ser hijo del Cónsul del Imperio Austrohúngaro y hete aquí el inicio del
recurrente fetiche berlanguiano que tanta suerte y éxito le proporcionaría,
mostrándonos de manera desenfadada, casi cómica, su visión de la segunda mitad
del siglo veinte del solar patrio.
Ya no como joven admirador del arquitecto de la ciudad, sino como afamado
director de cine, Berlanga trató ocasionalmente a Javier Goerlich. Una de ellas
en 1963 para presentar en Valencia 'El Verdugo', en el 'Conferencia Club',
entidad fundada por Goerlich como apéndice del Centro de Cultura Valenciana.
En fin, me alegra mucho que este año, podamos recordar, valorar y querer a
este valenciano de pensamiento profundo, crítico, refinado y culto. La última
vez que lo saludé, fue en octubre de 2009, en el homenaje organizado por la
Mostra de Valencia en el Teatro Olympia, ya estaba enfermo, muy despistado, un
año después fallecía en Madrid, dejándonos un fabuloso legado de conocimiento,
de inteligencia, de valencianidad y de cine.
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