En 1932, tras entrar en servicio el cercano Puente de
Aragón, que servía para unir la Gran Vía de Marqués del Turia con la salida
hacia el puerto y la estación de Aragón, Javier Goerlich como Arquitecto
Municipal, realizó las obras para peatonalizar el Puente del Mar, que desde el
siglo XIV atendía la necesidad de conexión de la ciudad con la zona marítima. Las
obras consistieron en la construcción de las elegantes escalinatas onduladas en
sus embocaduras, así como la cubrición del tablero con piedra de rodeno. De
esta forma aquel puente se ha venido conservando, siendo uno de los lugares más
apacibles dentro de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario